Hemophilia Patient & Family Handbook

declarada), se recomienda discutir con el médico el método del parto. Se debe evitar el monitoreo del cuero cabelludo fetal, el uso de fórceps o la succión por vacío para ayudar en el parto. Si el parto vaginal no está evolucionando bien, se recomienda contemplar una cesárea o se puede programar un parto por cesárea desde el principio. Algunos bebés con hemofilia pueden presentar sangrado dentro del cráneo (intracraneal) después del parto, por lo que se debe hacer un ultrasonido para verificar si hay sangrado en la cabeza después del parto. Si se sospecha que hay hemofilia, no se debe realizar la circuncisión hasta que se completen las pruebas de laboratorio. Algunos bebés pueden ser diagnosticados con hemofilia si se produce un sangrado prolongado después de ser circuncidados o pinchados en el talón para un análisis de sangre. Hematomas Los niños pequeños con hemofilia a menudo se hacen moretones cuando aprenden a gatear y a caminar, aunque estos moretones generalmente no necesitan un tratamiento especial. También pueden presentar moretones en el pecho o debajo de los brazos, de donde los sostienen las personas que los cuidan. Algunas veces se puede sospechar que han sido maltratados, pero las pruebas de niveles de Factor VIII y IX pueden mostrar que el niño o la niña tiene hemofilia. Algunos padres agregan relleno a la ropa o usan rodilleras o coderas para minimizar los moretones. Cortes y raspones menores Los cortes y raspones menores pueden tratarse por medio de primeros auxilios normales, pero el san- grado dentro del cuerpo es un problema mayor. Si un corte es lo suficientemente profundo como para requerir puntos de sutura o grapas, es posible que sea necesario reemplazar el factor. Sangrado de articulaciones Los episodios de sangrado ocurren con mayor frecuencia a medida que los niños se vuelven más activos. El tipo de sangrado más común en niños con hemofilia es el sangrado articular. Los niños pueden sentir un “burbujeo” o “hormigueo” en una articulación. Los niños pequeños pueden no darse cuenta de que este es un signo temprano de sangrado y si no reciben tratamiento para el sangrado en este punto, comenzarán a sentir dolor. Es común que cuando un niño o niña con hemofilia siente dolor en una articulación, intente protegerla flexionándola o doblándola para estar más cómodo/a. Si se toca el área del cuerpo donde hay una hemorragia, se puede sentir calor al tacto. Si el sangrado continúa por mucho tiempo, se puede notar hinchazón. Es posible que no se vea ningún hematoma porque el sangrado está

ocurriendo dentro de la articulación. Si no estás seguro de si tu hijo(a) está sangrando en la articulación, no lo/a obligues a mover el brazo o la pierna afectados porque esto puede causar más dolor. A veces es útil comparar la extremidad afectada con la del otro lado. Sangrado muscular El sangrado a menudo puede ocurrir en los músculos. Los primeros signos de una hemorragia muscular pueden incluir irritabilidad en bebés o niños pequeños o una negativa a usar uno de los brazos o piernas. Es posible que no se vea ningún hematoma porque el sangrado está dentro del músculo. El

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