Acute Myelogenous Leukemia Patient & Family Handbook

n ¿ES NORMAL LO QUE SIENTO? ¿CÓMO PUEDO MANEJAR MIS SENTIMIENTOS? Escuchar que tu hijo(a) tiene cáncer puede ser impactante y abrumador. Al principio puede ser que no lo creas o que pienses que el diagnóstico está mal. Sin embargo, los cambios que verás en tu hijo(a) y la experiencia de estar en el hospital y comenzar el tratamiento confirmarán la realidad de su situación. Muchos miembros de la familia sienten que son responsables de la enfermedad o se sienten culpables por no haber podido detectarla antes. Recuerda que no sabemos exactamente qué causa la AML y que tanto los síntomas como su gravedad varían de un paciente a otro. Además del shock y la culpa, es probable que tú y tu familia se sientan enojados y tristes. Incluso los miembros más jóvenes de la familia pueden verse afectados. Estos sentimientos son normales y cada miembro de la familia los expresará de diferentes maneras y en diferentes momentos. Puede ser muy difícil sentir tantas emociones fuertes a la vez. Hablar honestamente entre ustedes sobre sus sentimientos, reacciones y preguntas ayudará a todos en la familia. Puede resultar difícil hablar con amigos, familiares o incluso con el personal médico, pero expresar tus sentimientos puede ayudarte a sobrellevar esta situación. Recuerda que tu hijo(a) se beneficiará si los miembros de la familia continúan mostrando su afecto a través del apoyo y la comunicación. n ¿CÓMO PUEDO AYUDAR A MI HIJO(A)? Como padres, es probable que noten cambios en su hijo(a) durante el tratamiento. Estos cambios o síntomas pueden hacer que se sientan aún más desamparados. Es esencial recordar que, a pesar de los cambios en el exterior, su hijo(a) sigue siendo la misma persona en el interior. La caída del cabello y otros cambios en el cuerpo son temporales. A menudo molestan más a los adultos que a los niños o a sus hermanos y amigos. Todo lo que sientan con respecto a lo que está pasando su hijo(a) se compensa al recordar que el tratamiento le brinda la oportunidad de curarse y de vivir una vida plena y significativa. Es importante reforzarle a su hijo(a) que nada de lo que hizo o dijo causó la enfermedad. Aclararle que los sentimientos de enojo o tristeza están dirigidos al cáncer y no a él o ella, preservará la honestidad y la cercanía en su relación. Al igual que ustedes su hijo(a) necesitará a alguien con quien compartir sus sentimientos. No duden en pedirle a su hijo(a) que exprese sus sentimientos, y no tengan miedo de explicarle lo que está sucediendo y por qué. A pesar de la enfermedad, su hijo(a) está creciendo y aprendiendo. Todos los niños, enfermos y sanos, necesitan amor, atención, disciplina, límites y la oportunidad de aprender nuevas habilidades y probar nuevas actividades. A medida que comienzan a aprender sobre las nuevas necesidades especiales de su hijo(a), es importante recordar que él o ella tiene todas las necesidades y derechos de cualquier niño en crecimiento y en desarrollo. Cuando hablen con su hijo(a) sobre su enfermedad, usen términos y explicaciones directos. Los niños toleran mejor el tratamiento si lo entienden y se les permite tomar decisiones activas, siempre que sea posible. Lo mismo sucede con los padres.

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