permanecer absolutamente quieto durante la exploración. Algunos niños necesitan sedación para poder permanecer quietos. A veces se inyecta una pequeña cantidad de colorante en una vena y generalmente no hay efectos secundarios de ningún tipo, aunque pueden haber reacciones alérgicas. Gammagrafía ósea Esta exploración ósea se realiza para observar todos los huesos del cuerpo en busca de los lugares en donde esté creciendo el tumor. Se inyecta una pequeña cantidad de isótopo (marcador radioactivo) en una vena, se esperan de 2 a 3 horas para que el isótopo se distribuya por todo el cuerpo y luego, con el niño completamente inmóvil, se escanea (sacan imágenes) todo el cuerpo. Este isótopo es recogido por las células tumorales de manera que se puede localizar el tumor en el cuerpo. Este proceso de escaneo es indoloro, pero algunos niños necesitan sedación para ayudarlos a permanecer quietos. Rayos X Los rayos X normales, que son como simples fotos de los huesos, se usan para revisar la zona afectada y cual- quier otra área de preocupación. Se procurará minimizar la exposición de tu niño a los rayos X. Análisis de sangre Se hacen análisis de sangre para monitorear las células sanguíneas, las sales del cuerpo y la química corporal del niño. El recuento sanguíneo completo (CBC) sirve para detectar una disminución en el número de glóbulos rojos (portadores de oxígeno), de glóbulos blancos (combaten las infecciones) o de plaquetas (células que ayudan a coagular correctamente la sangre). Los niveles de fosfato alcalino y de deshidrogenasa láctica (LDH) en la sangre pueden ser altos debido al crecimiento óseo por el tumor. Estos niveles son alto en 30% - 40% de los pacientes diagnosticados con osteosarcoma. Las químicas sanguíneas de nitrógeno ureico en sangre (BUN) y de creatinina, monitorean los cambios en la función renal. El panel hepático, o análisis de la función del hígado y de los niveles de bilirrubina, detecta cambios en la función del hígado. Todas estas pruebas generalmente se hacen en el momento del diagnóstico para descartar otras enfermedades, y también se usan durante la terapia para supervisar la respuesta del niño al tratamiento y detectar posibles efectos secundarios del tratamiento.
Dispositivo de acceso venoso Un dispositivo de acceso venoso (VAD), a veces llamado línea central o port-a-cath, es un tubo intravenoso (IV) permanente que permite administrar la medicina y extraer la sangre sin usar las dolorosas agujas. Puede usarse para administrar medicamentos, quimioterapia, productos sanguíneos y apoyo nutricional cuando sea necesario, así como para extraer sangre para las pruebas. Un cirujano lo inserta en la sala de operaciones mientras el niño está bajo anestesia. El médico y tú decidirán si tu hijo(a) necesita un VAD.
3
Powered by FlippingBook