general comienza alrededor de la tercera semana de tratamiento. El cabello de tu hijo(a) puede volver a crecer en poco tiempo y volver a caer entre tratamiento y tratamiento. Se administran medicamentos como Zofran (ondansetrón) o Kytril (granisetrón) para ayudar a prevenir o disminuir la náusea y el vómito. Los recuentos sanguíneos bajos pueden tratarse con una transfusión de glóbulos rojos o plaquetas. Cuando un niño tiene un recuento sanguíneo bajo, debe ser monitoreado cuidadosamente para detectar fiebre y otros signos de enfermedad o infección. El equipo de atención médica te enseñará cómo hacer esto en casa. Puede desarrollarse una mala nutrición ya que las papilas gustativas de tu hijo(a) cambian durante la terapia y los alimentos pueden tener un sabor diferente. Algunos niños no tienen ganas de comer o comerán menos de lo normal. Su dietista puede brindarte consejos para ayudarlos es esta situación. Otro tipo de medicamento que puede recibir tu hijo(a) como parte de su tratamiento contra el cáncer son los esteroides. Los esteroides tienen muchos usos; algunos de estos incluyen ayudar a disminuir la inflamación, matar las células cancerosas (cuando se combinan con quimioterapia) y disminuir las náuseas. Los esteroides son importantes en el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda (ALL), pero sus efectos secundarios pueden hacer que cuidar a tu hijo(a) sea un desafío. Habla sobre estos posibles efectos secundarios con su equipo de atención médica para obtener ayuda sobre cómo lidiar con el tratamiento con esteroides. Los efectos secundarios de los esteroides pueden incluir aumento del apetito, antojos específicos de alimentos, dolor en las articulaciones de brazos o piernas, aumento de la irritabilidad (“mal humor”) y dificultad para dormir.
SEGUIMIENTO A LARGO PLAZO
Una vez completada la terapia, a tu hijo(a) le harán exámenes de seguimiento y exámenes médicos como parte del cuidado rutinario contra el cáncer. El primer año de terapia es en el que hay más riesgo de una recaída, por lo que tu hijo(a) será atendido(a) en la clínica con frecuencia para un examen físico y análisis de sangre. La frecuencia de las visitas al equipo de oncología disminuirá después del primer año de terapia. Es importante que el equipo de oncología haga un seguimiento para controlar los efectos secundarios del tratamiento que pueden notarse meses o años después. Los efectos secundarios pueden ser causados por el cáncer mismo, el tratamiento o una combinación de ambos. Después de que tu hijo(a) haya dejado la terapia por 2 o 3 años, es posible que se le remita a una clínica de seguimiento a largo plazo o a una clínica de seguimiento para sobrevivientes, si es que hay una en su hospital. En estas clínicas, el enfoque cambia de ser un “paciente de cáncer” a ser un “sobreviviente de cáncer”. Tu hijo(a) puede ser atendido(a) en una clínica de seguimiento a largo plazo durante toda su vida adulta. Es importante
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Association of Pediatric Hematology/Oncology Nurses (APHON)
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