Acute Lymphoblastic Leukemia Patient & Family Handbook

¿QUÉ EXÁMENES Y PROCEDIMIENTOS NECESITARÁ MI HIJO(A)?

Los síntomas de la ALL, como un aspecto pálido, infecciones o sangrado, generalmente ameritan una visita al médico de atención primaria. A menudo se sospecha de la existencia de leucemia cuando aparecen anomalías en un examen de sangre llamado recuento sanguíneo completo (CBC), o cuando se notan anormalidades durante un examen físico. Para confirmar el diagnóstico de leucemia, se necesitarán pruebas adicionales. Las pruebas que se pueden hacer, son las siguientes: ASPIRACIÓN Y BIOPSIA DE MÉDULA ÓSEA Una biopsia de médula ósea es una prueba que se realiza para determinar si hay células tumorales en la médula ósea. Se inserta una aguja en la médula dentro del hueso y se recolecta una parte de la médula ósea (la biopsia) y del líquido de la médula ósea (el aspirado). Por lo general, es necesario obtener muestras de médula ósea de ambos huesos de la cadera. A algunos pacientes se les puede tomar una muestra de médula ósea de un solo hueso de la cadera, mientras que a otros se les pueden tomar muestras de ambos. Estos procedimientos pueden ser dolorosos, por lo que los niños a menudo son sedados. Generalmente, la sedación se administra a través de una vía intravenosa (IV). Con estos medicamentos los niños se duermen lentamente y permanecen tranquilos durante todo el procedimiento. Si tu hijo(a) se siente incómodo después de la prueba, se le puede administrar un analgésico suave como acetaminofeno (Tylenol®), pero no ibuprofeno (Motrin® o Advil®) ni aspirina, ya que estos pueden aumentar el riesgo de sangrado. Un médico especialmente capacitado (un patólogo o hematólogo) examina la biopsia o aspirado bajo un microscopio para ver si los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas se están produciendo normalmente. El médico también busca células anormales, como células inmaduras productoras de sangre (blastos), que pueden indicar leucemia; células tumorales, que pueden indicar un tipo diferente de cáncer; o células dismórficas (de aspecto anormal), que pueden indicar una enfermedad diferente. También se examina la médula ósea para detectar la expresión de proteínas de células malignas (cancerosas), que pueden indicar leucemia, así como anomalías cromosómicas, que pueden diagnosticar otras enfermedades. Otras pruebas incluyen inmunofenotipado, citogenética e hibridación fluorescente in situ (FISH). Durante el tratamiento, se examina la médula ósea con regularidad para determinar la respuesta al tratamiento. Se puede medir la cantidad de células cancerosas, lo que indicará qué tan bien está funcionando el tratamiento.

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