En ocasiones hablar con amigos, familiares y miembros del equipo de atención médica puede resultar difícil, pero expresar los sentimientos puede ayudar a sobrellevar la situación. Tu hijo(a) se beneficiará si la familia y los amigos muestran su cariño y preocupación a través de la comunicación y el apoyo.
n ¿CÓMO PUEDO AYUDAR A MI HIJO? Los niños a menudo piensan que fue algo que hicieron lo que les causó el cáncer, debes reforzar que esto no es cierto. Asegúrate de que tu hijo(a) comprende que tus sentimientos de enojo y tristeza están dirigidos al cáncer y no a él o ella. Esto ayudará a que mantengan una relación cercana y honesta. Tu hijo(a) necesi- tará compartir sus sentimientos con alguien de confianza. A veces, los niños eligen compartir sus sentimientos con alguien que no son los padres porque tienen miedo de preocuparlos. No tengas miedo de preguntarle a tu hijo(a) acerca de sus sentimientos, puede ser que sea lo que esté esperando. Además, no tengas miedo de compartir con tu hijo(a) información sobre lo que está
pasando y por qué. A veces las cosas que los niños imaginan son más aterradoras de lo que realmente son. A pesar de que tu hijo(a) está enfermo(a), sigue siendo, primero que nada, un niño, y todos los niños necesitan amor, atención, y la oportunidad de aprender y probar nuevas habilidades y límites. Debes tener en cuenta que aunque tu hijo(a) esté en tratamiento contra el cáncer, sigue teniendo todas las necesidades de una criatura en crecimiento. No evites hablarle sobre la terapia usando términos y ex- plicaciones directas que pueda entender. Los niños toleran mejor el tratamiento si lo entienden y se les permite ayudar a tomar decisiones sobre su cuidado cuando sea posible. Es posible que como padre/madre te sea difícil ver a tu hijo(a) someterse a una terapia contra el cáncer. Tu hijo(a) a veces puede parecer más enfermo(a) que antes de que comenzara la terapia. Tus sentimientos con respecto a lo que está padeciendo tu hijo(a) durante el tratamiento pueden compensarse con el hecho de saber que el tratamiento le brinda la posibilidad de curarse y de lograr llevar una vida plena y significativa. A menudo es difícil aceptar los cambios que el linfoma no Hodgkin y el tratamiento pueden causar en tu hijo(a), pero ten en cuenta que muchos de ellos, como la pérdida del cabello, a menudo son temporales. Siempre recuerda que a pesar de los cambios externos, tu hijo(a), en el interior, sigue siendo la misma persona. n ¿ES IMPORTANTE LA DIETA DE MI HIJO(A) DURANTE EL TRATAMIENTO? Sí. Investigaciones han demostrado que los niños bien alimentados toleran mejor la terapia y experi- mentan menos demoras en el tratamiento. Las náuseas y vómitos pueden ser preocupantes efectos secundarios del tratamiento, por lo que el equipo de atención médica le recetará medicamentos para ayudar a prevenir y tratar estos efectos secundarios. Tu hijo(a) puede tener dificultades para ingerir comi- das normales durante el tratamiento y tolerará mejor aquellos alimentos que le sean atractivos. Ofrécele alimentos ricos en calorías, proteínas y carbohidratos. A menudo se toleran mejor comidas pequeñas y frecuentes que tres comidas más abundantes. Cuando sea posible, evita los alimentos chatarra y aquellos con un alto contenido de sal, y sustitúyelos por alimentos más nutritivos.
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