pulmones detectados por radiografía. El síndrome torácico agudo puede ser causado por una neumonía. Una crisis de dolor puede provocar el síndrome torácico agudo ya que el dolor dificulta que los pulmones se expandan y se respire profundamente. Los medicamentos para el dolor pueden causar somnolencia en los niños, lo que también interfiere con la respiración profunda. Por esta razón, tú y tu hijo(a) aprenderán ejercicios de respiración profunda, llamados espirometría de incentivo , para que los practiquen durante las crisis de dolor y así ayudar a prevenir el síndrome torácico agudo. A menudo, las personas que experimentan el síndrome torácico agudo necesitarán de una transfusión de glóbulos rojos. Si se hace oportunamente, la transfusión puede evitar el ingreso a una unidad de cuidados intensivos o el uso de un ventilador. Crisis aplástica
Si tu hijo(a) presenta signos de empeoramiento de la anemia, como fatiga (cansancio extremo), dolor de cabeza intenso o labios y base de las uñas extremadamente pálidos, el hematólogo sospechará que se trata de una crisis aplásica (una disminución en la producción de glóbulos rojos). Una crisis aplásica tiene varias causas, incluido el parvovirus. La infección por parvovirus B19, conocida como quinta enfermedad, es una infección infantil muy común que causa fiebre leve, síntomas de resfriado y erupción en las mejillas y otras partes del cuerpo. La infección por parvovirus B19 puede detener la producción de glóbulos rojos en la médula ósea durante un período de hasta 10 días. Esto no causa ningún problema serio en la mayoría de los niños, sin embargo, la vida
de los glóbulos rojos de los niños con anemia de células falciformes es muy corta, por lo que la infección por parvovirus B19 puede resultar en anemia severa (una disminución de la hemoglobina). Debido a que la médula ósea ha dejado de producir glóbulos rojos, hay pocos glóbulos rojos jóvenes. Accidente cerebrovascular Con el tiempo, la anemia de células falciformes puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro, haciéndolos más estrechos. Los glóbulos rojos en forma de hoz pueden bloquear estos vasos dañados y evitar que el oxígeno llegue al tejido cerebral, causando un accidente cerebrovascular que puede resultar en un daño cerebral permanente. Un niño que está sufriendo un accidente cardiovascular puede presentar cualquiera de estos síntomas: dolor de cabeza severo, debilidad en uno de los lados, incapacidad para hablar o entender las palabras, debilidad en los músculos faciales (esto hace que un lado de la cara parezca ladeado o hundido), cambios en la visión y dificultad para tragar. Puede tener también un accidente isquémico transitorio (TIA), que es como un accidente cardiovascular pero con síntomas que duran menos de 24 horas. Si sospechas que tu hijo(a) está teniendo un accidente cerebrovascular o un TIA, busca atención médica inmediatamente. Cuanto antes comience el tratamiento médico, menos daño causará el accidente cerebrovascular. Aproximadamente el 10% de los niños con HbSS y HbS-ß0 están en riesgo de sufrir un evento neurológico grave. La edad promedio para experimentar este evento es de 8 años. Un niño
6
Powered by FlippingBook