¿ES IMPORTANTE LA DIETA DE MI HIJO(A) DURANTE EL TRATAMIENTO? Sí, la dieta de tu hijo(a) es importante. Las investigaciones han demostrado que los niños bien alimentados toleran mejor el tratamiento y experimentan menos retrasos en el tratamiento. Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios del tratamiento, y el equipo de atención médica recetará medicamentos para ayudar a prevenir y tratar estos efectos secundarios. Tu hijo(a) puede tener dificultad para comer comidas normales durante el tratamiento. Los alimentos que le son más atractivos serán mejor tolerados. Ofrécele alimentos ricos en calorías, proteínas y carbohidratos. Las comidas pequeñas y frecuentes se toleran mejor que tres comidas más
grandes. De ser posible, elige alimentos más nutritivos. La enfermera o dietista puede ayudarte a armar una lista de posibles alimentos.
Si tu hijo(a) toma esteroides, como prednisona o dexametasona (Decadron), su apetito puede aumentar. Estos medicamentos hacen que tenga hambre constantemente y antojos de alimentos inusuales. Tu hijo(a) puede querer un alimento en particular constantemente. Trata de tener refrigerios saludables a la mano. Los esteroides hacen que aumente de peso y tenga una cara redonda y una apariencia hinchada, pero estos efectos secundarios son temporale. Es importante que beba muchos líquidos durante el día para evitar la deshidratación. Los signos de deshidratación incluyen disminución de la producción de orina, mareos y sequedad en la boca. Se deben evitar las multivitaminas, las hierbas y otros suplementos, a menos que lo apruebe el equipo de atención médica, ya que pueden interferir con el tratamiento de tu hijo(a). Pregunta si tienes pensado usar alguno de estos suplementos. El equipo de atención médica puede incluir un dietista. Los dietistas están capacitados en las necesidades calóricas y nutricionales de los niños. Puede darte información sobre las necesidades dietéticas de tu hijo(a) e ideas sobre cómo satisfacer estas necesidades durante el tratamiento. El equipo de atención médica controlará el estado nutricional, la altura y el peso de tu hijo(a) durante y después del tratamiento para prevenir problemas. Cuando surja una duda sobre algún problema nutricional, el equipo de atención médica hablará contigo sobre cómo controlar y mejorar la nutrición de tu hijo(a). ¿PUEDE MI HIJO(A) IR A LA ESCUELA DURANTE EL TRATAMIENTO? Su capacidad para ir a la escuela dependerá de la intensidad del tratamiento y de su respuesta a éste. Habrá períodos en los que no pueda ir a la escuela debido a hospitalizaciones o tratamientos. Sin embargo, es importante que se mantenga al día con el trabajo escolar, incluso durante esos períodos. Las leyes federales protegen a los niños con discapacidades
o enfermedades para garantizar que reciban la misma educación que sus compañeros. Habla con el equipo de atención médica y con el personal de la escuela sobre estas leyes y trata de conseguir un tutor o encontrar formas para que tu hijo(a) se mantenga al día con el trabajo escolar.
Habla con el equipo de atención médica sobre la capacidad de tu hijo(a) para asistir a la escuela. Algunos niños pueden ir a la escuela entre hospitalizaciones o tratamientos. Muchos hospitales y clínicas tienen recursos, como enlaces educativos, para ayudar a coordinar los servicios escolares e instruir a los maestros y compañeros de clase para prepararlos para el regreso de tu hijo(a) a la escuela.
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