n ¿ES IMPORTANTE LA DIETA DE MI HIJO(A) DURANTE LA TERAPIA? La dieta que lleve tu hijo(a) es un factor importante durante el tratamiento. Investigaciones han dem- ostrado que los niños bien alimentados toleran mejor la terapia. Ofrécele alimentos altos en calorías, proteínas y carbohidratos. A menudo se toleran mejor comidas pequeñas y frecuentes que tres comidas más abundantes. En lo posible, evita los alimentos chatarra y aquellos con un alto contenido de sal y sustitúyelos por alimentos más nutritivos. El estado de hidratación de tu hijo(a) también es una parte sustancial de su bienestar. Es importante que le ofrezcas líquidos para que beba con frecuencia durante todo el día para que no se deshidrate. Los signos de una deshidratación son la disminución de la producción de orina, los mareos y la boca seca. Se deben evitar los multivitamínicos, las hierbas y los medicamentos, a menos que hayan sido aprobados por el equipo de atención médica, ya que pueden interferir con la terapia que está llevando. El (la) nutriólogo(a) forma parte del equipo de atención médica de tu hijo(a) y está capacitado(a) para
determinar las necesidades calóricas y nutricionales de los niños. Este(a) especialista puede proporcionarte información sobre las necesidades dietéticas de tu hijo(a), así como darte ideas sobre cómo puedes satisfacer estas necesidades durante el tratamiento. El equipo de atención médica con- trolará el estado nutricional, la altura y el peso de tu hijo(a) durante y después del tratamiento para tratar de prevenir cualquier problema. En caso de que exista una preocupación por algún problema nutricional, el equipo de atención médica intervendrá.
n ¿PUEDE MI HIJO ASISTIR A LA ESCUELA DURANTE LA TERAPIA? La capacidad de tu hijo(a) para asistir a la escuela durante la terapia dependerá de la intensidad del tratamiento, su respuesta a éste y qué tan susceptible, según su recuento absoluto de neutrófilos (ANC), es a contraer una infección. Es posible que haya períodos prolongados en los cuales tu hijo(a) no pueda asistir a la escuela debido a las hospitalizaciones o los tratamientos. Sin embargo, es importante que, incluso durante este tiempo, tu hijo(a) se mantenga al día con su trabajo escolar. Habla con el equipo de atención médica y con el personal de la escuela sobre la posibilidad de tener acceso a los servicios en el hogar, incluido un tutor, hasta que pueda regresar a la escuela. Muchos hospitales pediátricos cuentan con programas escolares que permiten a los niños tomar clases mientras están en el hospital. Estos programas a menudo ayudan con la coordinación de tutores en el hogar, así como a obtener actividades y tareas escolares. Habla con el equipo de atención médica sobre la capacidad de tu hijo(a) para asistir a la escuela. Algu- nos niños pueden asistir a la escuela entre hospitalizaciones o tratamientos y utilizar servicios de clases particulares. El equipo de atención médica puede ayudar a coordinar los servicios escolares que necesita tu hijo(a). Cuando un niño regresa a la escuela por primera vez después de comenzar el tratamiento, o al final de la terapia, los equipos de atención médica van a la escuela para orientar a los maestros y estudi- antes sobre el regreso de un estudiante. Una vez que tu hijo(a) ha regresado a la escuela, el equipo de atención médica puede seguir ayudándote a obtener los servicios especiales que tu hijo(a) necesite.
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