atención, la oportunidad de aprender y probar nuevas habilidades y límites. No dejes de hablar con tu hijo(a) sobre el tratamiento; usa palabras que entienda. Los niños toleran mejor el tratamiento si lo entienden y se les permite ayudar a tomar decisiones sobre su cuidado, cuando sea posible. Lo que los niños imaginan a menudo es más aterrador que lo que realmente está sucediendo. Es posible que te resulte difícil ver a tu hijo(a) pasar por el tratamiento. Tus sentimientos acerca de lo que está pasando tu hijo(a) pueden compensarse con la certeza de que el tratamiento le brinda la oportunidad de prevenir la recurrencia de coágulos de sangre y de tener una vida plena y significativa. A pesar de los cambios externos, tu hijo(a) sigue siendo la misma persona por dentro. La mayoría de los centros de salud cuentan con un equipo psicosocial que puede apoyarlos, a ti y a tu hijo(a), durante el diagnóstico y el tratamiento.
¿ES IMPORTANTE LA DIETA DE MI HIJO(A)? Sí, la dieta de tu hijo(a) es importante. Las investigaciones han demostrado que los niños bien alimentados toleran mejor el tratamiento y experimentan menos retrasos en el tratamiento.
Hay alimentos que pueden impedir que el medicamento funcione con la eficacia que debería en niños que toman Warfarina. Esto es porque algunos alimentos ricos en vitamina K interfieren con su eficacia. La regla general es comer la misma cantidad de alimentos ricos en vitamina K todos los días. Está permitido comer alimentos bajos en vitamina K. Los alimentos ricos en vitamina K incluyen: • repollo • espinacas • coles de Bruselas • perejil • col • hojas de mostaza
• acelga • brócoli • té verde.
Recuerda que muchas hierbas y suplementos dietéticos que contienen vitamina K pueden interferir en los resultados de laboratorio cuando tu hijo(a) toma Warfarina. Pregúntele al equipo de atención médica si está considerando que tu hijo(a) tome algún suplemento. Los niños que no toman Warfarina no necesitan evitar los alimentos ricos en vitamina K y deben continuar manteniendo una dieta nutritiva según lo recomendado por el equipo de atención médica. Es importante que tu hijo(a) beba líquidos con frecuencia durante el día. Si no bebe suficientes líquidos puede deshidratarse. La deshidratación puede ayudar a la formación de coágulos de sangre. Los signos de deshidratación incluyen disminución de la producción de orina, mareos y boca seca. Los dietistas pueden ser miembros del equipo de atención médica de tu hijo(a). Están capacitados en las necesidades calóricas y nutricionales de los niños, y pueden aconsejarte sobre las necesidades dietéticas de tu hijo(a), así como darte ideas sobre cómo satisfacer estas necesidades durante el tratamiento. El equipo de atención médica controlará el estado nutricional, la altura y el peso de tu hijo(a) durante y después del tratamiento para tratar de prevenir problemas. Si el peso de tu hijo(a) tiene que ver con su trombofilia (por ejemplo, si tiene sobrepeso u obesidad), el equipo de atención médica te hablará sobre este factor de riesgo y las formas de controlarlo. Cuando surja una inquietud sobre la nutrición, el equipo de atención médica analizará contigo las formas de controlar y mejorar la nutrición de tu hijo(a). ¿PUEDE MI HIJO(A) ASISTIR A LA ESCUELA? La capacidad de tu hijo(a) para ir a la escuela durante la terapia dependerá de la intensidad del tratamiento y su respuesta a éste. Sin embargo, es importante que se mantenga al día con el trabajo escolar, incluso durante esos momentos. Las leyes federales protegen a los niños con discapacidades o enfermedades para garantizar que reciban la misma educación que sus compañeros. Habla con el equipo de atención médica y
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