Acute Myelogenous Leukemia Patient & Family Handbook

n ¿CÓMO SE CLASIFICAN LOS DIFERENTES TIPOS DE AML? La AML solía clasificarse según el aspecto que tenían las células leucémicas de la médula ósea bajo un microscopio. En 2001, la Organización Mundial de la Salud (también conocida como OMS) introdujo un nuevo sistema para agrupar los diferentes tipos de AML basándose en los cambios genéticos en las células leucémicas. A medida que se han identificado cambios específicos a través de la investigación, estos diferentes tipos se han agrupado para ayudar a saber qué tan bien responderá el paciente al tratamiento. Una actualización de 2008 incluyó más cambios genéticos relacionados con la AML. En 2016, el sistema de agrupación se actualizó para incluir biomarcadores de leucemia, que son muy importantes para el diagnóstico, el pronóstico (resultado esperado) y el tratamiento de la leucemia. (Un biomarcador es una partícula en la sangre que puede ser medida para saber qué tan bien responde el cuerpo al tratamiento.) Estas agrupaciones ayudan a que los médicos e investigadores conozcan cuál es la mejor manera de tratar los diferentes tipos de AML. Algunos cambios genéticos están relacionados con un mayor riesgo de padecer la enfermedad y pueden requerir un tratamiento más intensivo. Asegúrate de analizar los cambios genéticos específicos de tu hijo(a) con el equipo de tratamiento para conocer la clasificación de la AML que padece y cómo afecta su tratamiento. n ¿CUÁLES SON LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA AML? La severidad de los signos y síntomas de la AML varían de paciente a paciente. Los síntomas a menudo son el resultado de la acumulación de células leucémicas anormales en la médula ósea. Cuando esto sucede, hay poco espacio en la médula ósea para que se desarrollen células normales (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Como resultado, tu hijo(a) está en riesgo de sufrir anemia, infecciones y sangrado. Además, las células leucémicas circulan por el torrente sanguíneo y se depositan en otras partes del cuerpo, causando infiltración (congestión) o hinchazón en estas áreas. Algunos de los signos y síntomas comunes de la AML son: • Fatiga (cansarse fácilmente) • Dificultad para respirar durante la actividad física • Palidez • Moretones o sangrado fácil • Fiebres leves o sudores nocturnos • Infecciones recientes • Dolor de huesos y articulaciones • Encías inflamadas • Pérdida de peso o anorexia (pérdida de apetito) • Ganglios linfáticos inflamados • Hígado o bazo inflamado • Pequeñas manchas rojas en la piel • Dolor de cabeza.

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